La Casa Familiar Rural de Igrapiúna (CFR-I), escuela rural colaboradora de la Fundación Norberto Odebrecht en la realización de su Programa Social, es una de las organizaciones seleccionadas por Criança Esperança 2022, iniciativa de la Red Globo en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El anuncio sucedió este lunes, día 15, en un reportaje transmitido en la programación de la emisora para todo Brasil. Esta es la segunda vez que la institución fue contemplada por el edicto.
“Este es un gran reconocimiento. Esto muestra que continuamos desempeñando un trabajo impactante, en sinergia con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)”, expresó Francisvaldo Roza, director de la institución. “[Ser contemplado por la campaña] evidencia que estamos en el camino correcto. Con el apoyo de todos nuestros colaboradores, como la Fundación y, ahora, también con Criança Esperança, continuaremos generando impacto social en nuestra región”, expresó. CFR-I celebra, este año, 15 años de actuación formando jóvenes agricultores rurales en la Enseñanza Media integrada al curso técnico en Agroindustria.
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Con el slogan “Educación es nuestra esperanza”, esta edición de Criança Esperança premió a 71 instituciones esparcidas por todo Brasil – 22 de ellas, por primera vez – con cerca de R$ 300 mil. En el caso de la Casa Familiar Rural de Igrapiúna, el aporte será utilizado en el 2023 para costear gastos con alimentación, recursos humanos, transporte y mantenimiento de equipos en la formación de los estudiantes. ¿Usted sabía que otras Casas Familiares colaboradoras del PDCIS también ya fueron contempladas por Criança Esperança? ¡Recuerde aquí!
Para Fabio Wanderley, superintendente de la Fundación Norberto Odebrecht, la premiación de CFR-I (y de otras instituciones) por la iniciativa es prueba de la diferenciación de estas instituciones dentro del Tercer Sector. “Además de generar un impacto social transformador, la Casa Familiar posee una gestión eficiente, con capacidad de agregar colaboradores e inversionistas sociales por el bien común. Esta robustez, claro, es fruto de un largo proceso protagonizado por la institución y por las propias comunidades beneficiadas. Estamos felices de haber contribuido y seguir contribuyendo para fortalecer este potencial durante los 15 años de la institución”, explica.
Historias transformadoras
La historia del joven Kaique dos Santos, que está en el 1º año de formación CFR-I, fue destaque en el reportaje de la premiación. Con 17 años, el chico ya es un inventor. A partir de sus experiencias ayudando a su madre en las plantaciones y a su padre en un taller mecánico, el joven creó una incubadora de cartón (para huevos de gallina), que funciona incluso sin energía eléctrica; y un sistema de tuberías que permite la llegada de agua potable a la casa de forma sostenible – antes, era necesario usar una bomba.
El potencial y la creatividad de Kaique están siendo potenciados con la educación en la Casa Familiar, donde también participa de estudios y proyectos relacionados al emprendimiento e innovación. Por eso, el joven considera la conquista del apoyo de Criança Esperança por segunda vez tan importante. “Eso le da más oportunidad al joven, pues cuando van llegando más colaboradores, hay más renta para aumentar la cantidad de estudiantes y la calidad de la enseñanza”, expresó Kaique. “Mi grupo, por ejemplo, fue el mayor que entró a la Casa Familiar. Y espero que en los próximos años más apoyadores puedan dar oportunidades para que más jóvenes puedan estudiar”.
