Especial 50 años – El final de la década del 80 y el protagonismo juvenil

El año 1988 llega para la entonces Fundación Emílio Odebrecht como otro divisor de aguas en su historia de apoyo a aspectos que interesaban a toda la población brasileña

17 de junio de 2015

El año 1988 llega para la entonces Fundación Emílio Odebrecht como otro divisor de aguas en su historia de apoyo a aspectos que interesaban a toda la población brasileña. En esa época, Brasil pasaba por la expectativa de que viviría un fenómeno denominado “Ola Joven” entre los años 2005 y 2025: la población entre 15 y 24 años sería la mayoritaria en el país. De esa manera, después de muchas reuniones y debates, el Consejo de Curadores concluye que había llegado el momento de otro cambio de foco y actuación: traer al adolescente al centro de todas sus acciones. La convicción es de que esa es la etapa del desarrollo de los valores, actitudes, comportamientos y hábitos del ser humano. Y para que el adolescente enfrentara esa “Ola”, él precisaría estar preparado para una actuación competente, solidaria y responsable. Era necesario analizarlo como parte de la solución y no como problema, enfatizando sus potencialidades y no sus debilidades – una visión posteriormente conceptualizada, sistematizada y denominada Protagonismo Juvenil.

El primer paso que orientó esa actuación fue mediante la reformulación del Premio Fundación Emílio Odebrecht, vinculado, hasta entonces, al contexto del trabajador brasileño. El Premio se convirtió en un instrumento de pedagogía social, buscando estimular al adolescente a reflexionar sobre temas relevantes y a producir materiales destinados a la concientización y a la movilización de la sociedad en torno a esos asuntos. En 1988, el concurso abarcó a más de 100 mil jóvenes sobre el tema Responsabilidad Sexual en la Adolescencia y apostó a la formación de adolescentes productivos, conscientes y participativos.

Liceo de Artes y Oficios de Bahía: jóvenes en taller de vídeo educativos

En esa misma época, la Fundación reunió a entidades gubernamentales y no gubernamentales interesadas en recuperar el edificio sede del Liceo de Artes y Oficios de Bahía, un establecimiento centenario de la educación de Salvador, que se incendió en 1968 por causas desconocidas. Para esta nueva etapa del Liceo, que nació con el objetivo de capacitar a obreros y artífices para el mercado laboral, la Fundación invirtió sus esfuerzos no solo en la reforma física, sino también en la implantación y desarrollo de programas diferenciados para adolescentes en el área de educación, salud y cultura. Para la Superintendente de la Fundación en aquel entonces, Neylar Vilar Lins, “el principal objetivo era la formulación de un modelo diferenciado de educación para la vida y por el trabajo”. Y así se hizo: después de la reconstrucción, el Liceo se convirtió en un centro con talleres experimentales de sonido e instrumentos, artes gráficas, muebles y maderas, clases de informática, entre otros.

Cartel de divulgación de la campaña “Solo la Escuela Corrige a Brasil”

En 1994, la Fundación, en asociación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), lanzó una de las más relevantes campañas destinadas al adolescente brasileño, que abarcó a 146 millones de personas. Difundida nacionalmente, a través de los canales de televisión y revistas, la campaña “Solo la Escuela Corrige a Brasil” trajo el tema educacional al centro del debate político electoral y alertó a la población sobre los graves problemas causados por los elevados índices de repetición escolar.

Ya en 1998, la campaña “El Adolescente por una Escuela Mejor” proponía que se premiaran las propuestas de mejora de la escuela presentadas por jóvenes de 13 a 18 años. Participaron 2.850 jóvenes de 422 municipios, en 19 estados brasileños. En total, se presentaron 924 trabajos. Con el adolescente como beneficiario de sus proyectos, las acciones de la Fundación involucraron a más de 500 mil jóvenes y 12 mil educadores, en el período de 1988 a 1999. Se establecieron asociaciones con 100 instituciones que tuvieron como resultado la producción de 24 materiales educativos y la viabilización de más de 40 proyectos.

Curiosades y proyectos:

1992 Recibe los derechos autorales sobre las obras que sistematizan la Tecnología Empresarial Odebrecht, lo que originó uno de sus frentes de actuación: el Programa Editorial.

1994 Impulsa la inserción de metodologías participativas y temas emergentes en el sistema público de educación del Estado de Minas Gerais con el Proyecto Afectivo-Sexual.

1995 La Fundación Emílio Odebrecht pasa a denominarse Fundación Odebrecht. En ese año, también se moviliza a socios como el Instituto Ayrton Senna para apoyar acciones que garanticen el ingreso y permanencia de niños y adolescentes bahianos en la escuela con el Pacto del Sitio del Descubrimiento por la Educación.

Presencia Que Permanece Marcando La Historia:
 

Sergio Foguel es miembro del Consejo de Administración de Odebrecht S.A. y miembro del Consejo de Curadores de la Fundación Odebrecht. Entre 1995 y 1998, fue Presidente de la Fundación. Al hablar sobre la decisión de poner al joven en el centro de las acciones que apoya, afirmó, en entrevista realizada en la edición Nº 114 de Odebrecht Informa: “Identificamos al adolescente como foco de todo el trabajo ya que es en esa época de la vida cuando se consolida la formación ética y cultural del ser humano”.

Nombres que marcaraon la história:

De 1986 a 1992, Bruno Silveira ocupó el cargo de director ejecutivo de la Fundación y fue uno de los principales referentes en la decisión de hacer del joven el foco de actuación. Para él, había una razón muy clara de por qué el joven tenía que ser el público-objetivo: “Educar al adolescente para la vida es actuar directamente en pro de un futuro mejor”, afirmó Silveira en entrevista concedida a la edición de Odebrecht Informa publicada en 1991.

Neylar Lins ejerció la Superintendencia de la Fundación de 1992 a 2002. Fue una de las mujeres que marcó la historia de la institución en la lucha por las políticas públicas. En 1994 afirmó, “Preparar jóvenes para la vida, impulsando el desarrollo de la responsabilidad y de una conciencia social, es una de las contribuciones más nobles y de más amplio efecto multiplicador que la Fundación puede dar para la mejora de la calidad de vida de las futuras generaciones”. 

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